jueves, 1 de marzo de 2012

Lagartijas.

Regresó por el mismo camino a su casa, caminó las mismas dos cuadras y observó a la misma vecina barrer la calle justo a las 2:00 en punto. Era un día caluroso y evitaba por todos los medios que el sol le tocara la piel, para que no le quemara. Un perro le ladró desde un tejado mientras otro mordía feliz una pelota en un enorme patio. A lo lejos se veía un hombre caminando y un auto le pasó muy cerca. La música proveniente de sus audifonos lo hizo sentir como si tuviera su propio soundtrack. Puso la llave sobre la cerradura y escuchó cómo lentamente se abría la reja. A su camino se le atravesó una pequeña lagartija que se dirigió rápidamente a las enredaderas del jardín y en una maceta lo miraba otra con mirada expectante. Recordó en ese instante que alguna vez de pequeño jugó a ser veterinario, buscaba lagartijas, atrapaba moscas e incluso celebró un funeral por un pez de colores a quien olvidó alimentar. Sonríe cada vez que se acuerda cuando su jardín se convertía en un safari.

No hay comentarios:

Publicar un comentario