sábado, 31 de marzo de 2012

Malos hábitos.

Le gustaba sentarte en medio de la plaza con cualquier libro, a ratos leía, a ratos miraba la calle. A veces se distraía con las conversaciones de la gente, le gustaba un vestido o unos zapatos. Dejaba que oscureciera, para ver aparecer aquella hermosa farola, para que la luz le iluminara las páginas de su libro, para que las hojas cambiaran de color de blancas a amarillas. Estaba cerca de una iglesia, que cada hora hacía que sonaran sus campanas. Eso era lo único que le devolvía a la realidad. En su intento de escapar de la soledad había terminado presa de la literatura. Para vivir otras historias, para no vivir la suya. No sabía vivir si no era de palabras. Y pensaba: Yo no quería esto, yo no quería autobuses, cielos solitarios, cafés fríos. M. no quería estar sentada allí, ella no pidió que él se le apareciera en su vida. Pero tampoco quería los lunes sin él. Lo que quería eran sus palabras cada mañana escritas en su espalda. Café para dos. Cama matrimonial. Dos boletos para el cine. Quería que fuera como Nicolas Cage en Leaving Las Vegas, quería que fuera Joseph Gordon Lewitt en 500 Días con ella, quería que fuera este o aquel otro que la sacara de esa banca y le dijera: Deja de leer, te invito a un café. Lo que quería era besarlo despacio, muy despacio, y que él quisiera que ese instante fuera interminable. Que no hubiera despedidas, ni encuentros, sólo escapar del tiempo. Que la hicera vivir de palabras. Le gustaba sentarse en medio de la plaza a leer, y cuando ya no quedaba nadie en las calles volvía a casa, despacio, anotando en su libreta: Hoy tampoco ha aparecido. Tachando un día más en el calendario. Para saber que algún día había que quitarse esa horrible costumbre, ese viejo hábito de esperar a quien sabía, no iba a venir.

viernes, 30 de marzo de 2012

Fobia.

No sé si es mi imaginación o es que necesito un terapeuta. Ayer descubrí que padezco demofobia. Que me estresa ir a los conciertos y a las plazas públicas. Que me late el corazón a toda prisa cuando mucha gente está muy cerca. Que me irrito si se acercan y las manos me sudan como loca si la gente no se mueve cuando intento pasar. Que me aturde si me empujan. Pero ya no sé si lo que necesito es un terapeuta o un salvavidas.

jueves, 29 de marzo de 2012

En el fondo.

En el fondo siempre es así. Quieres ser muy popular, saludar a una persona diferente cada cinco pasos y que después de un saludo, se pregunten "¿cuando salimos?". Quieres que todos conozcan tus historias, contar los detalles con pelos y señales, quieres que todos sepan que sabes cantar y que puedes resolver un problema de matemáticas. Quieres estar en cada fiesta, en cada reunión, en cada fotografía. Quieres hacer un brindis por ti, por tus amigos. Quieres reír, divertirte y despreocuparte hasta que te aguante el cuerpo, el dinero, o los demás. Así es, siempre en el fondo, así es.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Yo soy de esas [1].

Yo soy de esas que cuando va en el metro o en el autobús, si no llevo los audífonos puestos, me gusta escuchar conversaciones ajenas. Me gusta llenar mi cabeza de respuestas a preguntas que se hacen los extraños entre sí, me gusta resolver las situaciones de las personas que tienen un problema o aquellos que están en un lío amoroso. "Yo haría esto, yo haría lo otro", "No, no lo compres, no funciona", "Claro, París es hermoso de noche y más si vas acompañado", "¿En serio no lo conoces?, si es famosísimo". Pero qué locura sería ir por la vida opinando en las conversaciones de la gente, tal vez se enfadarían, tal vez me lo agradecerían, pero si alguien me hiciera eso, sí, diría que está completamente loco.

martes, 27 de marzo de 2012

Sueños.

Se dedicaba a vender sueños. Todos los días se paraba temprano y se disponía a trabajar. Vendía sueños y trabajaba durísimo para hacerlos realidad.

lunes, 26 de marzo de 2012

Tatuajes.

Me lo presentaron en la oficina. Es raro que no haya notado su presencia hasta que nos dimos un apretón de manos. Ahora lo veía pasar todos los días por el largo pasillo que se encontraba al lado de mi escritorio y a veces me dirigía una sonrisa. Me caía bien, pero lo que más me gustaba era que dejaba su olor por varios minutos cuando caminaba con ese semblante tan aireado, como si estuviera muy contento, o como si fuese caminando por el parque. Un día tuve la oportunidad de toparmelo en la fila del banco. Él no me había visto hasta que lo saludé. Desde ése día, todas las mañanas pasaba a mi oficina a saludarme y a dejarme esa sonrisa tan encantadora que tiene. Después de algunas semanas, me lo volví a encontrar en el banco y después de ahí me invitó a comer. Nunca me habían gustado los tatuajes hasta que al cruzar los brazos, una de las mangas se le descubrió de mas y me di cuenta que se le asomaba una calavera azul. 

Nunca me habían gustado los tatuajes hasta que descubrí los de su espalda, hasta que me dejó tatuados besos en la piel.

domingo, 25 de marzo de 2012

Días de vals.

- ¿Estás en tu casa?
+ ¿Dónde se supone que debería de estar a las tres de la mañana?
- Lo siento, no quería despertarte.
+ Ya lo hiciste. Ahora dime que quieres y déjame dormir.
- ¿Vamos a un concierto?
+ Bien sabes que no me gusta la música que escuchas.
- Te prometo que esta vez, no será nada raro, sólo vamos a escuchar la melodía de nuestros corazones.

sábado, 24 de marzo de 2012

El gato del tejado.

Sin variar, todos los días cuando se asomaba por la ventana, un gato negro se postraba en el tejado de la casa de a lado, con sus ojos brillantes y fijos en su ventana. Y cuando se volteaba por un segundo, el gato desaparecía y él no podía encontrar una explicación lógica. Había alguna vez tratado de hablar con su vecino para persuadirlo de mantener al animal en su casa, pero éste nunca se encontraba a horas convenientes. Sabia por el ruido en las madrugadas, que llegaba siempre a las dos de la mañana. 
- No me gustan sus ojos brillantes.
+ No lo mires, terminará por darse cuenta que no te importa y se marchará.

viernes, 23 de marzo de 2012

Envidia.

Ese día los vi tan enamorados que no me quise acercar, por miedo a que toda su miel se derramara sobre mi vestido. Por eso, lo único que hice, fue tomar una foto con tanto zoom, que pude ver dibujarse un corazón a su alrededor y al intentar retocarla, todo ese amor hizo el filtro por sí solo, añadiendo un poco de envidia a modo de contraste.

jueves, 22 de marzo de 2012

Si fuera un poco más valiente.

A veces me gustaría escribir algo muy largo, tan largo que se necesitaran días y noches enteros para leerlo. Expresaría todos mis sentimientos y mis profundos secretos, mis pequeñas manías y mis grandes anhelos. Si pudiera y fuera lo suficientemente valiente, escribiría lo que jamás me he atrevido a decirle a alguien, dejaría de ser tan amable y me volvería un poco más sincera, para decir lo que en verdad siento y no sólo como quiero que me vean los demás. Pero lo sé y eso jamás nadie lo va a cambiar, soy un poco cobarde, por eso mejor no lo digo, mejor oculto todo en un cajón y de cuando en cuando lo abro para recordar lo que metí, para saber que todo eso guardado, rencor y amores secretos no son libres de ser confesados al mundo. Si pudiera, escribiría su nombre y lo borraría de mi lista de pendientes, lo escribiría en una hoja de papel y lo echaría al fuego para que se consumiera. Pero soy muy cobarde. Y me enfado. Y grito. Y me desespero. Pero cuando estoy sola en mi cama y puedo pensar, me doy cuenta que nada de eso vale la pena. Por eso voy a dejar esta hoja en blanco, sin escribir lo que tengo que escribir y sin saber si esto se pudo convertir en una obra de arte. Quiero escribir algo largo, pero simplemente nada se me ocurre.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Cuando llega la primavera y sigue el amor.

Esperar con ansias la primavera, porque significa que vendrá el calor y con ello el mágico cálido verano. La primavera ya está aquí. Está lloviendo, soleado, nublado, hace mucho calor y todo eso junto es  un poco inquieto pero estoy feliz. Voy a sacar mi cámara y voy a capturar el momento en que las flores nazcan y en que los pájaros canten, voy a observar cómo escurre la lluvia por los tejados y como el cielo se colorea de azul. Voy a seguir enamorándome, sólo porque es primavera.

martes, 20 de marzo de 2012

Ella va a esperar.

Vivía junto al mar, le encantaba mirarlo, ver como las olas se mecían unas con otras hasta que se convertían en espuma cuando rompían en la playa. Amaba que el viento jugara con su cabello y como cada martes, N. escribía una nota y la metía en una botella, la arrojaba y esperaba una respuesta. A ella le gustaba escribir cartas de solidaridad, de aliento, por si algún náufrago se encontraba aquella botella quien hubiese navegado por los mares durante días. Ella coleccionaba botellas para después regalárselas al océano, por si un día, ella recibía una contestación.

lunes, 19 de marzo de 2012

Voy a dejar que me lleve el viento.

Y así como lo hacen los mal llamados pétalos de los dientes de león, voy a dejarme llevar por la corriente, hasta que encuentre un camino en el que quiera caminar. Me han soplado y me han esparcido por los aires. Aún estoy cayendo, no he tocado el suelo. No sé donde estoy. No sé cual es mi situación. No sé como me siento. Como debería sentirme. Pero mis pies no han rozado el suelo. Todo es lento y el viento me arrastra. Nada me aferra, nada me tira, nada me amarra.

domingo, 18 de marzo de 2012

El cafetín y las flores de centro.

- Ya estoy en el café. Dijo con voz un poco impaciente.
+ Lo sé, ya debería estar ahí, pero es que el tráfico está imposible.
- Apresúrate. Y colgó sin dejar que le contestara.

Las manecillas de su reloj se movían lentamente, tomaba un sorbo de café y miraba alrededor. Y se seguía preguntando por qué estaba ahí, esperándolo. Después de casi una hora de esperar y dos tazas de café, tomó un billete de su cartera y lo dejó en la mesa. Salió de ahí apesadumbrada, con las manos frías.

- ¡Taxi!.

sábado, 17 de marzo de 2012

Idea millonaria.

Apenas se me ocurrió y creo que podría funcionar, supongo tendría un alto índice de beneficio social: corazones genéticamente modificados para no romperse. Que los músculos que lo rodearan fueran tres o cuatro más fuertes de lo normal y que fuera impenetrable. Sería un corazón que no supiera llorar y que no latiera más a prisa cuando estuvieras cerca.

viernes, 16 de marzo de 2012

Libre.

A veces sueño que estoy volando. Que empiezo a correr muy, muy rápido, que soy como un superhéroe y el suelo se convierte  todo en montañas y en mar, que corro tan rápido que mis pies ni siquiera tocan el piso, que estoy flotando. Y siento esa maravillosa, maravillosa sensación, soy libre, estoy segura y me doy cuenta, que estoy completamente sola.







Entonces es cuando despierto.

jueves, 15 de marzo de 2012

Extraño sentimiento de extrañar a alguien que no te extraña como antes.

- Te he extr...
+ Shh... yo también, yo también. Pero no como antes.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Instrucciones para olvidar a alguien.

Aún no me he decidido si debo hacer una lista o simplemente narrar el cómo se debe olvidar a alguien, pero no a cualquier persona, sino a alguien que fue especial en algún momento, porque nosotros lo convertimos en especial. A veces es necesario, a lo mejor no borrar del todo, pero olvidar para resignarnos, para saber que esa persona no estará más a nuestro lado. Quizá fue un error del corazón, error de la memoria o error 404, pero alguien se merece desaparecer en partes de nosotros mismos. Pero lo peor es que el recuerdo viene una y otra vez, se mese, se balancea en el lóbulo temporal del cerebro como si fuera un columpio y quita la concentración. A veces me digo a mi misma, en voz bajita "No vale la pena", pero el recuerdo ahí sigue, me devora. El recuerdo se traduce en voces, olores, rostros, aromas, sabores. Pero afortunadamente, el tiempo los oxida, los corroe y después llega un momento en que lo único que haces al recordar a esa persona, es sonreír y darle las gracias, por haberte dejado ir (si te encuentras en un estado mejor, claro... y no lo dudo, las cosas siempre cambian para mejorar).

Así después de esto, la única lista que haré, será:
1. Dejar pasar el tiempo.
2. Dejar de oír la música que solíamos oír y cantar a todo pulmón.
3. Reemplazar al sujeto con otro nuevo "amor" (no necesariamente una persona), o al menos que distraiga.
4. Emborracharse. (No se sugiere hacerlo con frecuencia).

Dicho esto, podemos afirmar que resulta impráctico el intento de olvidar a alguien, siendo estas instrucciones completamente no recomendables, y mucho menos útiles.
 
Pd. Voy a quitar nuestras fotos de la pared, ahora vuelvo.

martes, 13 de marzo de 2012

Secretos.

- Tengo que contarte algo, le dije hace unos días a G. Te voy a hablar de M. Te voy a contar algo, pero es secreto, secretísimo. Así que no se lo tienes que decir a nadie.
+ Bueno. Lo prometo.
- Hace unas semanas desapareció por un rato. Yo le hablaba por teléfono de vez en cuando para saber cómo estaba. Le enviaba mensajes y hasta después de mucho me mandó un sms súper cortito, que decía que estaba bien, que no podía estar mejor. Pero la verdad no le creí ni la primera letra. Pero en fin, cada quien su vida, ¿no?. Son sus decisiones, me dije.
+ ¿Y entonces?, ¿qué pasó después?.
- Bueno, no le respondí, después de mucha reflexión, no dije nada. Me quedé callada. Ella se quedó callada. Sólo supe, que un día apareció de la nada, tan fresca como siempre, con su sonrisa de oreja a oreja. La vi más cambiada, bajó de peso. No sé si fue por lo de R. o simplemente regresó al gimnasio. Me abrazó de repente y olí su perfume, ese que me gusta tanto, que huele a frutas. De verdad la vi cambiada, como bien, pero mal al mismo tiempo, como que quería ocultar algo debajo de su sonrisa y sus cejas arqueadas.
+ Es posible, después de lo que pasó con R.
- Lo sé. Bueno, el chiste es que esa noche, salimos de fiesta. Ella se emborrachó y me contó todo, donde había estado y lo que había hecho. ¿Te acuerdas de L.? Le pasó exactamente lo mismo. Yo me sorprendí mucho y lo único que hice fue tomarle la mano fuertemente. M. se secó una lágrima y brindó por algo, brindó en silencio. Y regresó a su silla, a seguir tomado.
+ Pobre chica- dijo G.

lunes, 12 de marzo de 2012

Pinocho.

Pobre Gepetto. Lo único que quería era tener un hijo, porque se sentía solo, porque le faltaba alguien a quien querer y que lo quisiera también, además de Cleo y Figaro. ¿Y qué hizo Pinocho?, se fue a buscar en el mundo, vicios y malas compañías, pero cuando le fue mal, regresó como el hijo pródigo. Malagradecido.

domingo, 11 de marzo de 2012

Monstruos.

Espero ser, algún día, de esas que ya no mire en el armario antes de ir a dormir, que no le aterre mirar bajo la cama con la luz apagada ni ser de las que aún se duerme con la luz prendida cuando está sola. Espero ser, en algún día no muy lejano, ser de esas que no le tema al amor, que no tenga miedo de buscar y de hallar que siente cariño, aprecio, admiración por alguien. Espero que las relaciones amorosas que tenga, ya no sean con un amigo imaginario, que se conviertan en realidad, que me den ganas de gritar, de llorar de felicidad. Espero no tener miedo, no tener miedo de los monstruos de mi armario ni mucho menos los de mi corazón.

sábado, 10 de marzo de 2012

Malas noticias.

Te llegaron malas noticias, dirígete a Groenlandia. Aún recuerdo cuando pasábamos horas sentados en la mesa de la casa de mi abuela, mis primos y yo jugando al Turista Mundial, yo nunca tuve un Monopoly. Nos divertíamos muchísimo y odiaba cuando en la carta aparecía, que tenía que ir a Groenlandia y pagar $50 porque era una multa. Aún me sigo preguntando porque los países más ricos eran los africanos y los más pobres los del continente americano, quizá porque el creador quiso que en este pequeño mundo paralelo, aunque fuera sólo un juego, África fuera rico. Yo siempre escogía el avión verde, porque era mi color favorito y a toda costa quería comprar Alemania... casi siempre lo conseguía. Me gustaba aquellos instantes en que alguien tenía ya un monopolio y lo único que pedíamos era pasar por México para que nos dieran $200 y poder subsanar nuestras deudas. Aquellos días mágicos de infancia son los que más me gustan, donde ahí, los únicos problemas eran el no caer en los países monopolizados.

viernes, 9 de marzo de 2012

Así fue.

Todo comenzó como un juego o simplemente porque ninguno de los dos queríamos estar solos. No te escribí baladas. Apenas te escribí cartas. Fuiste tú el que me dijo te quiero por primera vez, y me dijiste que querías estar conmigo. Es más, que te morías por verme. Y yo sólo te pedí que estuvieras conmigo. Fui por ti. Te esperé. Esperé todo eso que tu boca pronunció. Esperé con los brazos abiertos, a cara descubierta... Estuve ahí, estuvimos, fuimos y ya no somos. Porque ya aprendí que se debe dividir el nosotros a dos palabras, que en lugar de sumar se debe restar el menos el yo.

jueves, 8 de marzo de 2012

Músicos de esta ciudad.

Hoy he conocido a un señor. Iba pasando por ahí y me cautivó. No sé por qué, pero su música me hizo voltear y quedarme ahí, parada justo en frente de él y verlo tocar una y otra vez melodías de amor. Saqué de mi monedero unas monedas, de esas que siempre sobran y se las deposité en el estuche de su violín. Me agradeció con una sonrisa y seguí observándolo. Me contó que ese violín se lo regaló su padre, que él también era músico y que era la única herencia que le había dejado. No sé si me entiendes niña bonita, pero aquí nadie aprecia ya a un viejo músico como yo. Ésta música ya a nadie le importa. Y hablamos de otras cosas, del gobierno y la pobreza y cómo había inmigrado a ésta gran ciudad. Quiso dedicarme una canción y cuando terminé me fui, agradeciendo a la vida por dejar que ese señor me sacara hoy, una sonrisa.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Tardes de vintage y Polaroids (parte 6 y la última).

Como siempre, todo lo que empieza tiene que terminar. Así lo hicimos tú y yo, con una despedida seca, fría, con las pupilas dilatadas. Aquella mañana me vestí con mi mejor desnudo, con lo mejor que encontré y me desnudé. Para que vieras que yo no tenía nada que esconder, para que supieras que las caricias las traía colgadas y ya nunca más te las daría, para que supieras que todos los besos se quedaron guardados y todos los abrazos congelados. Y me acuerdo que tú dijiste que todo se había estancado, que ya no querías más. Y fue cuando decidimos separarnos, dejar que lo único que nos atara fueran las memorias y los viejos recuerdos. Hicimos un gran nudo, donde atamos las fotos, los besos y nuestro amor, lo amarramos a un tabique y lo dejamos caer en lo profundo de aquel lago azul. Te quería hasta que decidiste compartirte. Por eso, espero con ansia este verano y que empiece a llover, para que la lluvia enjuague las palabras y deslave el sabor de tus besos. Rezo para que todo pase, como vino y como se fue. Aunque me llevaras de norte a sur y de este a oeste. Aunque alguna vez me dijeras que te ibas para el norte y que me regalabas el sur. Por eso ése día, me vestí con mi mejor desnudo, con la firme promesa de olvidarte hasta que casi ya nada doliera.

martes, 6 de marzo de 2012

Princesa.

- Las chicas como tú no me convienen.
+ ¿Por qué no?, ¿En serio soy tan mala?.
- No, al contrario. No me convienes porque todo lo que tú me haces, me haría tu esclavo. Yo quiero ser el rey.
+ ¿Y si yo quiero ser la reina?.
- Entonces quizá podríamos empezar con que tú seas mi princesa.

lunes, 5 de marzo de 2012

Superhéroes.

No soy Wonder Woman ni ninguna otra heroína con cara bonita. Pero antes tenía el poder de hacerte sonreír, que cuando despertaras, lo único que quisieras fuera darme un beso y estar a mi lado. Podía convertir tus días grises en soleados y tus lágrimas en risas. Podía hacer que volaras sin despegar los pies del suelo (aún ahí tumbados bajo tus sábanas). Uno de tus poderes favoritos era mi canto, mis versos y mi amor. Ésta historia de amor no tenía nada que ver con las películas de superhéroes. Aún me sigo preguntando si aquí la heroína era yo o tú eras el superhéroe.

domingo, 4 de marzo de 2012

Julio Verne.

Siempre tuvo una fascinación por los libros de Julio Verne. Creía fervientemente que su escritor favorito había creado una máquina del tiempo y lo que plasmaba en los libros no era más que lo que había visto. Leía esas historias y se imaginaba el protagonista de cada una de ellas. Él era de ésos que en lugar de leer el periódico, leía a Julio Verne por las mañanas mientras tomaba su café. Sufrió cuando uno de los exploradores se separó del grupo en Viaje al Centro de la Tierra, quiso convertirse en astronauta cuando leyó De la Tierra a la Luna, odió al Capitán Nemo en Veinte mil Leguas de Viaje Submarino y disfrutó los acertijos en La Isla Misteriosa. Quiso ser como Julio Verne, viajar, conocer tierras inexploradas, pero lo que él más quería era todo eso, era que se volviera realidad.

sábado, 3 de marzo de 2012

Deseos.

- ¿Qué pedirías si tuvieras tres deseos concedidos por un genio?.
+ El primer deseo, sería tener 100 deseos más.
- Eso no lo puedes pedir.
+ ¿Por qué no?, yo quiero muchas cosas. 
- Lo sé, pero sólo tienes tres deseos.
+ Entonces pediría pasteles, quinientos pasteles con muchas velas. Para que al soplar, pudiera pedir quinientos deseos.

viernes, 2 de marzo de 2012

No quiero dormir.

Estaba cansada. Los ojos se me cerraban lentamente y yo trataba con todas mis fuerzas no quedarme dormida. Era la primera vez que salía con él y disfrutaba mucho de su compañía, pero la madrugada no había sido paciente conmigo y me había dejado toda la noche en vela con el maldito insomnio que nunca tuve, hasta ese día. La verdad es que no recuerdo mucho de lo que vi y supongo que él se dio cuenta, pero no quiso despertarme, porque después me confesó que le gustó verme dormir recostada sobre mi brazo apoyado en la butaca. Le tomé la mano y le pregunté timidamente "¿en qué acabó la película?".

jueves, 1 de marzo de 2012

Lagartijas.

Regresó por el mismo camino a su casa, caminó las mismas dos cuadras y observó a la misma vecina barrer la calle justo a las 2:00 en punto. Era un día caluroso y evitaba por todos los medios que el sol le tocara la piel, para que no le quemara. Un perro le ladró desde un tejado mientras otro mordía feliz una pelota en un enorme patio. A lo lejos se veía un hombre caminando y un auto le pasó muy cerca. La música proveniente de sus audifonos lo hizo sentir como si tuviera su propio soundtrack. Puso la llave sobre la cerradura y escuchó cómo lentamente se abría la reja. A su camino se le atravesó una pequeña lagartija que se dirigió rápidamente a las enredaderas del jardín y en una maceta lo miraba otra con mirada expectante. Recordó en ese instante que alguna vez de pequeño jugó a ser veterinario, buscaba lagartijas, atrapaba moscas e incluso celebró un funeral por un pez de colores a quien olvidó alimentar. Sonríe cada vez que se acuerda cuando su jardín se convertía en un safari.