lunes, 27 de febrero de 2012

Pruebas y señales.

Las pruebas y señales estaban en todas partes. En la forma de mirar y dar la mano. Cuando les contabas a tus amigos de mí y cómo esperaba yo el momento del día en que te viera de nuevo. Se veían claras las evidencias, todos lo sospechaban y nosotros nos dejábamos engañar, nos hacíamos creer tras la máscara de amigos que eso eramos, sólo amigos. Pero, ¿realmente podríamos ser sólo amigos? ¿puede ser el cielo sólo azul?, ¿puede ser el mar sólo agua?, ¿puede ser el árbol sólo madera? Podemos elegir nuestros caminos y nuestros destinos pero no podemos cambiar lo que somos. No somos sólo amigos, nunca podremos serlo. Tú y yo somos algo más, como un cielo que se vuelve naranja en el ocaso, un océano con peces y colares o un árbol con frutos y hojas.

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