¿Te acuerdas de nuestro primer viaje juntos? Fue en ese instante, cuando regresamos, que decidimos emprender otro, dejarnos llevar por la nueva aventura y arrastrarnos hasta la locura.
Tú manejabas y cuando la fatiga te sorprendía, lo hacía yo. Contemplamos a los atlantes en Tula y el acueducto en Tepotzotlán, compramos plata en Taxco y guitarras en Paracho, además de las miles de mariposas que nos revolotearon en Michoacán. Nos dimos un beso en las calles de Guanajuato, quisimos volar en Papantla, recorrimos los templos de San Cristóbal de Las Casas, admiramos las siete tonalidades de azul de la Laguna de Bacalar, nos internamos en la cueva de los cristales en Chihuahua y contemplamos la ciudad desde el Cerro de la Bufa. Pisamos las alfombras coloridas de aserrín en Tlaxcala, subimos a la cima de Peña de Bernal, comimos mole negro en Oaxaca, pastes en Pachuca, iguana en Chiapas, charales en Chapala, cajeta en Celaya y fresas en Irapuato, bebimos tequila en Jalisco, rompope en Puebla, vino en Baja California y tejuino en Nayarit. Disfrutamos a las aguas termales en Chignahuapan, paseamos en kayak en el Usumacinta, caminamos el malecón de Mazatlán y nos internamos en la Selva Lacandona. Nos sentamos en el jardín de San Marcos, vimos los alacranes en Durango, tomamos fotos del Cerro de la Silla, buceamos en los cenotes de Yucatán y remamos en los rápidos en Veracruz y en las chalupas en Xochimilco. Nos extasiamos con el desierto florido de Sonora, caminamos el pueblo fantasma en Real de Catorce, bailamos huapango en Tamaulipas y disfrutamos del clima en Cuernavaca. Jugamos con la nieve en la Sierra de Coahuila, construimos castillos de arena en Los Cabos, liberamos tortugas en Tabasco y cantamos con los mariachis en la Plaza Garibaldi.
Recorrimos pueblos, ciudades, cruzamos puentes, caminos y calles, bailamos a diferentes sones, en el sur, en el norte, disfrutamos de la diversidad de comidas, de bebidas. Anduvimos los treinta y un estados, todos los rincones, lugares de encanto, sitios escondidos, rutas alternativas y parajes. Visitamos sitios que cuando los vea de nuevo, pensaré sólo en ti. Admiramos juntos los paisajes, nos acaloramos en el desierto, nos bronceábamos en las playas y nos refrescamos en las cimas de las montañas.
Y al final de aquel maravilloso recorrido, donde siempre tomaste mi mano, nos volvimos a enamorar, una y otra vez, tú y yo.
Tú manejabas y cuando la fatiga te sorprendía, lo hacía yo. Contemplamos a los atlantes en Tula y el acueducto en Tepotzotlán, compramos plata en Taxco y guitarras en Paracho, además de las miles de mariposas que nos revolotearon en Michoacán. Nos dimos un beso en las calles de Guanajuato, quisimos volar en Papantla, recorrimos los templos de San Cristóbal de Las Casas, admiramos las siete tonalidades de azul de la Laguna de Bacalar, nos internamos en la cueva de los cristales en Chihuahua y contemplamos la ciudad desde el Cerro de la Bufa. Pisamos las alfombras coloridas de aserrín en Tlaxcala, subimos a la cima de Peña de Bernal, comimos mole negro en Oaxaca, pastes en Pachuca, iguana en Chiapas, charales en Chapala, cajeta en Celaya y fresas en Irapuato, bebimos tequila en Jalisco, rompope en Puebla, vino en Baja California y tejuino en Nayarit. Disfrutamos a las aguas termales en Chignahuapan, paseamos en kayak en el Usumacinta, caminamos el malecón de Mazatlán y nos internamos en la Selva Lacandona. Nos sentamos en el jardín de San Marcos, vimos los alacranes en Durango, tomamos fotos del Cerro de la Silla, buceamos en los cenotes de Yucatán y remamos en los rápidos en Veracruz y en las chalupas en Xochimilco. Nos extasiamos con el desierto florido de Sonora, caminamos el pueblo fantasma en Real de Catorce, bailamos huapango en Tamaulipas y disfrutamos del clima en Cuernavaca. Jugamos con la nieve en la Sierra de Coahuila, construimos castillos de arena en Los Cabos, liberamos tortugas en Tabasco y cantamos con los mariachis en la Plaza Garibaldi.
Recorrimos pueblos, ciudades, cruzamos puentes, caminos y calles, bailamos a diferentes sones, en el sur, en el norte, disfrutamos de la diversidad de comidas, de bebidas. Anduvimos los treinta y un estados, todos los rincones, lugares de encanto, sitios escondidos, rutas alternativas y parajes. Visitamos sitios que cuando los vea de nuevo, pensaré sólo en ti. Admiramos juntos los paisajes, nos acaloramos en el desierto, nos bronceábamos en las playas y nos refrescamos en las cimas de las montañas.
Y al final de aquel maravilloso recorrido, donde siempre tomaste mi mano, nos volvimos a enamorar, una y otra vez, tú y yo.
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