sábado, 21 de enero de 2012

Tardes de vintage y Polaroids (Parte 1).

Yo siempre fui de la idea que llevar una cámara colgada del cuello a todos lados era lo mejor, para así poder capturar los recuerdos en efecto vintage de mi vida. Pero no cualquier cámara, mi sueño siempre fue tener una instantánea. Una cámara Polaroid... para ir pintando recuerdos por todos lados, en el jardín de mi abuela, en los días de campo, en las tardes en la playa, en los días de mercado y en Navidad. Quería imprimir recuerdos instantáneos y compartirlos con todos, quería pintar las paredes con fotos, pegarlas en el refrigerador y regalarlas con mi autógrafo. Yo siempre quise una cámara Polaroid. Quería poner besos y abrazos en las imágenes para esparcirlas en el viento, quería arrojarlas con listones de colores y dibujar miles de historias. Quería una cámara Polaroid para colorear mi niñez... para sonreír al ver esas bonitas memorias.

Historia de ciencia ficción cuya autora siempre quiso convertir en realidad.

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