martes, 31 de enero de 2012

Hoy no es el día de la Independecia.

Pasé las hojas en el calendario y con sorpresa vi los cientos de días dedicados a fechas aparentemente importantes: el día de las madres, el día de muertos, Viernes Santo, el día del trabajo, el día de la Independencia, la Navidad, San Valentín, el día de la Constitución, el día de Santa Eva y de San Miguel, pero no encontré ninguno dedicado a ti, al día en que te conocí, al día en que hablamos por primera vez, al día en que tomé tu mano, ni mucho menos al día en que nos dimos nuestro primer beso. Hoy quiero marcar en el calendario, un día importante, quiero que sea el día dedicado a amarte. Hoy quiero circular éste día en el calendario como el que sé que estás a mi lado, que más allá de la distancia, más allá de las dificultades, estás ahí. Hoy quiero marcar el inicio, el fin, la entrega, los suspiros, el llanto, la felicidad, el gozo, la alegría y todos los momentos que me das. Quiero marcar en el calendario el día en que nos encontremos, que nos digamos adiós, que me regales una flor, que te regale un pensamiento. Hoy es el día que quiero amarte, que decidí quererte, el día en que decidí no perderte. Pero éste día, como muchos otros que vendrán en el futuro, se acabaran... por eso quiero que cada día del calendario sea dedicado a tí, porque contigo, todos mías días son importantes.


lunes, 30 de enero de 2012

Perdón.



Lo siento, pero me acordé. Hoy no pude evitar pensar en aquella finura llamada "Dos Mujeres un Camino". Perdón. Me acordé. Y en ésta historia el camino no soy yo, ni suena Bronco en el backgroud.

Disculpas de una autora que no acostumbra hacer éste tipo de posts.

domingo, 29 de enero de 2012

Tardes de vintage y Polaroids (Parte 3).


¿Te acuerdas de nuestro primer viaje juntos? Fue en ese instante, cuando regresamos, que decidimos emprender otro, dejarnos llevar por la nueva aventura y arrastrarnos hasta la locura.

Tú manejabas y cuando la fatiga te sorprendía, lo hacía yo. Contemplamos a los atlantes en Tula y el acueducto en Tepotzotlán, compramos plata en Taxco y guitarras en Paracho, además de las miles de mariposas que nos revolotearon en Michoacán. Nos dimos un beso en las calles de Guanajuato, quisimos volar en Papantla, recorrimos los templos de San Cristóbal de Las Casas, admiramos las siete tonalidades de azul de la Laguna de Bacalar, nos internamos en la cueva de los cristales en Chihuahua y contemplamos la ciudad desde el Cerro de la Bufa. Pisamos las alfombras coloridas de aserrín en Tlaxcala, subimos a la cima de Peña de Bernal, comimos mole negro en Oaxaca, pastes en Pachuca, iguana en Chiapas, charales en Chapala, cajeta en Celaya y fresas en Irapuato, bebimos tequila en Jalisco, rompope en Puebla, vino en Baja California y tejuino en Nayarit. Disfrutamos a las aguas termales en Chignahuapan, paseamos en kayak en el Usumacinta, caminamos el malecón de Mazatlán y nos internamos en la Selva Lacandona. Nos sentamos en el jardín de San Marcos, vimos los alacranes en Durango, tomamos fotos del Cerro de la Silla, buceamos en los cenotes de Yucatán y remamos en los rápidos en Veracruz y en las chalupas en Xochimilco. Nos extasiamos con el desierto florido de Sonora, caminamos el pueblo fantasma en Real de Catorce, bailamos huapango en Tamaulipas y disfrutamos del clima en Cuernavaca. Jugamos con la nieve en la Sierra de Coahuila, construimos castillos de arena en Los Cabos, liberamos tortugas en Tabasco y cantamos con los mariachis en la Plaza Garibaldi.

Recorrimos pueblos, ciudades, cruzamos puentes, caminos y calles, bailamos a diferentes sones, en el sur, en el norte, disfrutamos de la diversidad de comidas, de bebidas. Anduvimos los treinta y un estados, todos los rincones, lugares de encanto, sitios escondidos, rutas alternativas y parajes. Visitamos sitios que cuando los vea de nuevo, pensaré sólo en ti. Admiramos juntos los paisajes, nos acaloramos en el desierto, nos bronceábamos en las playas y nos refrescamos en las cimas de las montañas.

Y al final de aquel maravilloso recorrido, donde siempre tomaste mi mano, nos volvimos a enamorar, una y otra vez, tú y yo.

sábado, 28 de enero de 2012

Pensarte.

¿Que cuál es mi pasatiempo favorito? Pensarte. Es que no hay momento del día en que pueda quitarte de aquí, de mi mente. Que sé que existes, que respiras. Mi pasatiempo favorito es además, besarte.

viernes, 27 de enero de 2012

El perfume.

Otra vez, como cada mañana rocié sobre mi cuello el perfume que me regalaste. Como siempre, mi sentido del olfato se conectó sin paradas intermedias, con esa parte del sistema nervioso que está relacionado directamente con las emociones. Vino a mi mente aquel recuerdo de todas las cosas que compartimos juntos. El perfume, como un aura invisible, tiene esa capacidad de atrapar y detener el tiempo. Como si pudiéramos encerrar cada instante en un frasquito de cristal y después, cuando pasen los años, al abrirlo, recuperar todas aquellas sensaciones vividas junto a él. Así que... ¿cómo huelo?.

jueves, 26 de enero de 2012

Zapatos Verdes.

El día de mi boda quiero usar zapatos verdes. Justo como lo imaginé de niña, como cuando pasaba por las tiendas de vestidos de novia, pero con zapatos verdes. Porque es mi color favorito, porque lo elegí como el mío. Quiero caminar con ellos y que me tomes de la mano. Quiero que me beses en frente de todos, quiero ver tu sonrisa y tus hermosos ojos. Ese día, quiero ver volar mariposas, oler las flores y ver fuegos artificiales. Quiero que nuestros invitados sean invisibles, que sólo estemos tú y yo. No quiero casarme en Las Vegas, no quiero casarme en la playa. Quiero que ese día, sólo seamos tú y yo, diciendo "sí quiero" para poder empezar a escribir nuestro cuento de hadas...

miércoles, 25 de enero de 2012

Cajita de recuerdos.

¿A poco no te acuerdas de aquella cajita?. Ahí fue donde guardé tu primera carta de amor, las corcholatas, los billetitos que hacíamos con las viejas revistas, una canica de color azul que me encantaba porque brillaba intensamente con el sol y un muñequito de Lego. La enterré una y mil veces, le metí y saqué cosas porque las extrañaba o porque las necesitaba para jugar. Aún recuerdo cuando guardé ahí unos lentes oscuros que me regaló papá, eran mis favoritos, y que me puse tristísima cuando pensé que los había olvidado en un día de campo. Ahí fue donde guardé tu segunda carta de amor,  un trébol de cuatro hojas, mi cubo Rubik y unas estampitas de colores. Esa cajita siempre fue la de los recuerdos, la de los tesoros. ¿A poco no te acuerdas de ella?.

martes, 24 de enero de 2012

Tardes de vintage y Polaroids (Parte 2).

¿Es esa la foto que me enviaste desde Cape Town?, ¿Es ese el puerto?, ¿Te has bronceado?, ¿Hacía mucho calor?, ¿Cómo es todo allá?, ¿Te gusta la gente?.

Fuimos a lugares exóticos, a lugares dónde jamás pensé en estar, nos encontramos en medio de la selva, puentes, ríos y montañas en Colombia, recorrimos desde Milán hasta Roma pasando por la bella Toscana, jugamos Black Jack en Monte Carlo, caminamos dos veces la Muralla China y nos perdimos en el corazón de Shanghái, visitamos el Taj Mahal en la India y en República Dominicana nos deleitamos con sus paraísos tropicales. Bailamos tango en Argentina, abrazamos koalas en Australia, bebimos cerveza en Alemania y nos maravillamos con el esplendor de las pirámides de Egipto. Tomamos té en Inglaterra, oramos en Tierra Santa, disfruté de tu cálido abrazo en los Alpes Suizos y me enamoré de los peces en Bora Bora.

Trotamos el mundo, de norte a sur, de este a oeste, de continente a continente. Descubrimos el complejo y laberíntico mundo, lo alto y lo profundo, lo frío y lo caliente. Aquel primer viaje juntos, lleno de vida irrumpe en nuestras vidas, y con él todos los nombres, sabores, olores y colores, lugares y placeres que pueden caber en toda la vasta geografía.

lunes, 23 de enero de 2012

Para las depresiones.

Estaba enferma, enferma de hastío, enferma de café y mañanas de trabajo. Respiré profundo y miré alrededor en busca de testigos, para que nadie se diera cuenta, para que nadie criticara, para que nadie supiera. Abrí el último cajón del escritorio de mi oficina, saqué cuidadosamente una barra de chocolate a medio comer, le quite un poco la envoltura y le di una mordida. El chocolate se deshizo en mi boca y esa sustancia comenzó a recorrer todo mi cuerpo. Devolví la barra al cajón y lo cerré silenciosa. Me dibujó una sonrisa, por primera vez en el día. Dicen que no hay mejor medicina, que cura la tristeza, las aflicciones, la añoranza, la melancolía y por un instante, el horrible sentimiento de extrañar a alguien... Aquel remedio, casero o no, provoca que se extrañe menos, sí, quita las depresiones.

domingo, 22 de enero de 2012

Dejar la luz prendida.

Tenía miedo. Se envolvió en su manta y se dispuso a leer. Como todas las noches, se arropó en la cama, dejó la luz prendida y se sentó a leer un libro de cuentos. Pasó una de sus hojas y otra más hasta que terminó de leer. Tenía miedo de mirar bajo su cama... tenía miedo de encontrar monstruos, pero más, arañas.

sábado, 21 de enero de 2012

Tardes de vintage y Polaroids (Parte 1).

Yo siempre fui de la idea que llevar una cámara colgada del cuello a todos lados era lo mejor, para así poder capturar los recuerdos en efecto vintage de mi vida. Pero no cualquier cámara, mi sueño siempre fue tener una instantánea. Una cámara Polaroid... para ir pintando recuerdos por todos lados, en el jardín de mi abuela, en los días de campo, en las tardes en la playa, en los días de mercado y en Navidad. Quería imprimir recuerdos instantáneos y compartirlos con todos, quería pintar las paredes con fotos, pegarlas en el refrigerador y regalarlas con mi autógrafo. Yo siempre quise una cámara Polaroid. Quería poner besos y abrazos en las imágenes para esparcirlas en el viento, quería arrojarlas con listones de colores y dibujar miles de historias. Quería una cámara Polaroid para colorear mi niñez... para sonreír al ver esas bonitas memorias.

Historia de ciencia ficción cuya autora siempre quiso convertir en realidad.

viernes, 20 de enero de 2012

La muñeca, mi muñequita.

De repente desapareció, no sé cómo pasó, pero cuando la busqué bajo las sábanas, mi muñeca de cabello rojo había desaparecido. La busqué por todas partes, debajo de la cama, sobre las almohadas, en el ropero, entre mis zapatos, junto a mis vestidos y por todos los rincones. La llamé, le grité, le ordené que apareciera y jamás la encontré. Así que tomé un pedacito de hoja y le escribí una despedida. Me acerqué a la ventana y dejé que el viento se llevara la carta, la misiva de mi adiós y con ella su recuerdo. No sé si volveré a verla, porque ella y yo éramos inseparables, sólo espero que en el lugar donde se encuentre... se acuerde de mí.

jueves, 19 de enero de 2012

La dulcería.

Ella amaba los dulces. Siempre le gustaron los dulces con chile hasta que lo conoció. La verdad es que no concebía la idea de estar con alguien que no compartiera sus gustos por los dulces. Él era todo lo que ella quería, excepto porque él amaba los dulces de leche. Sí que lo intentó, comió uno, probó otro y sintió como tanto caramelo le empalagaba el paladar. Bebió agua y quiso comer otro pero no lo soportó. Él hizo lo mismo, probó una paleta enchilada, una gomita y un chamoy, pero esto le provocó una gran acidez en la boca. Fue entonces cuando decidieron probar el sabor de sus labios dulces, labios suaves y llenos de miles de sabores. Besos de fuego y miel.

miércoles, 18 de enero de 2012

La chica que odiaba el amarillo.

D. era una chica que odiaba el color amarillo. Cada mañana cuando despertaba, el hermoso color blanco de las paredes de su habitación se teñían de amarillo por la entrada del sol y eso le disgustaba mucho. Odiaba visitar Nueva York porque a cada paso encontraba esos horribles taxis amarillos, odiaba la luz de precaución en los semáforos y los letreros de tráfico de advertencia. Odiaba los girasoles, los plátanos y los patos, odiaba la mostaza, los elotes y hasta "Yellow Submarine". Quizá lo odiaba tanto porque una bruja malvada la condenó a buscar a un Mago por todo Oz para regresar a casa... tantos días por ese camino terminó fastidiandole. Ella, secretamente amaba el rojo.

martes, 17 de enero de 2012

Cereal infinito.

Y es que no sé que pasa, pero cada mañana, al entrar a la cocina, tomó la caja del cereal de corazones, vacío un poco en un plato amarillo enorme y saco del cajón de los cubiertos mi cuchara favorita, una cuchara mágica, que brilla, que rocía leche en forma de estrellas. Lo especial de ése cereal es que nunca se termina, ya no recuerdo la última vez que fui a comprar una caja. ¿Será quizá que esos corazones pequeños y rojos los pones ahí tú sin que yo me de cuenta?.

lunes, 16 de enero de 2012

A buscarse otra vida.

Don Luis se ha levantado a las 6 de la mañana desde que tenía 15 años. Lleva haciéndolo toda la vida porque las circunstancias lo obligaron a trabajar desde muy joven y ahora que han pasado los años, lo hace por costumbre, por la necesidad de sentirse útil, pero más lo hace por sentir la enriquecedora sensación de ver el amanecer. Fue una tarde de domingo cuando decidió tomar el tren... sólo para buscarse otro destino.

domingo, 15 de enero de 2012

Toda la noche.

Había perdido la costumbre de besar. Suena raro, sí. En ocasiones uno no presta atención a estos detalles tan importantes, y se fija en cosas "aparentemente más importantes". Pero siempre hay tiempo de recomenzar... y pasarme toda la noche besando.