Y me quedé mirando fijamente el teclado de mi computadora, como si invitara a escribir, a que lo tocara con mis pensamientos, a que le compartiera cosas. Vi la letra A borrarse poco a poco, como aquellas caricias que me habías hecho algún día, vi borrarse la S lentamente, empezando por las orillas, pero mis dedos sabían la posición, conocían los pasos que debía seguir, de la misma forma que mi mente seguía pensando de vez en cuanto en ti, como cuando nos quedamos abrazados todo el día en la cama. No quería escribir tu nombre, no quería desgastarlo como la A, ni como la S, ni como ninguna otra letra. Bajé la mirada y observé mis manos, de una u otra manera, aunque mi corazón pedía un punto seguido, mis dedos estaban presionando ya, el punto final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario