lunes, 7 de mayo de 2012

Amigos.


Me hacías reír muchísimo y me sorprendía tu suerte de primera. Todo empezó desde que admiré tu talento, luego fuiste un compañero de trabajo, ahora un muy buen amigo. No me di cuenta, he de aceptar. Luego pienso, de pasada me acuerdo de como llegabas por detrás y me tapabas las ojos, cuando me desconectabas el monitor de la computadora para hacerme batallar y como me llevabas el café hasta mi lugar y me pones la piel chinita.
Estos días he pensado que las personas que conoces están ahí como si fueran maestros, como si fueran clases, pero de las divertidas. Toparte ahorita tiene su razón de ser y yo creo que es el aprecio a la vida, a vivir cada momento realmente como propio con la cabeza ahí y en ningún otro lugar. No te vayas hasta que te vayas, hasta que me enseñes a flotar porque ya no me acuerdo, porque se me olvidó por costumbre.
No es romance, no te espantes. Pero de que me gustas me gustas, eso que ni que.

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